domingo, 7 de diciembre de 2014

Me levanto con la misma sensación de siempre, de que a mi historia le falta un narrador. Piso el suelo descalza, y se estremece por lo fríos que tengo los pies. Será porque todo mi calor se dirige al corazón para que no se hiele. Un corazón al borde de la hipotermia que caliento sola, porque nadie quiere ayudarme a calentarlo. Un corazón que tiene mono de cariño, en pleno síndrome de abstinencia.
 Desayuno sola, como siempre, en silencio, como siempre, pensando en verso.  Será que hago poemas de mi tristeza para darle algún valor, como los grandes poetas.
Me visto despacio. Me pongo las bragas feas y un sujetador que no conjunta porque, total, nadie los va a ver. Nadie los ha visto en mucho tiempo. Nadie los va a arrancar en mucho tiempo. 
Cierro la puerta despacio, sin que nadie se de cuenta de que me he ido, como siempre. Camino con las manos en los bolsillos, la cara tras la bufanda y la nariz roja. El sonido seco de mis pisadas son la banda sonora de cada mañana. Recorro el camino camino de siempre sola como siempre. El frío, como siempre, va pisándome los talones, negándose a abandonarme. 

6 de Diciembre:El hielo sigue avanzando inexorable hacia mi corazón.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Soy la luz de tu mirada,
tu leve mano trazando
la curva de la sonrisa
de mi cadera tumbada.

Soy la niebla de la risa
que se escapa de tus labios,
el eco de las pisadas,
de tus besos sabor brisa.


viernes, 5 de diciembre de 2014

Quiéreme un poquito más esta noche,
que me ha sabido a poco tu presencia.
Bésamelo todo menos los labios.
Déjame esnifar tu esencia.

martes, 2 de diciembre de 2014

Me mece tu voz,
me susurran tus manos,
me besan tus ojos,
y me miran tus labios.
Me quieres entera,
pedazo a pedazo.
Me amas por partes,
luego a bocajarro.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Me mirabas con los ojos de quien contempla las estrellas por primera ve tras dejar la gran ciudad.

Me acariciabas, y tus manos de músico tenían la firmeza y suavidad únicas con que tocas el piano.

Y sonreías, con esa sonrisa tuya que paraba el tiempo y el viento...y mi aliento.

jueves, 30 de octubre de 2014

Persiguiendo el viento.

Estaba cansada
de esperar que el viento
me susurrara su nombre.

Estaba cansada
del olor a flores muertas
de floristería barata.

Estaba cansada
de aprender pasivamente
sin participar en nada.

De ver, aprender, y callar.
De guardarlo para luego.
De esperar el momento.

Guitarra a un hombro,
macuto al otro,
lleno de libros y sueños.

Camino recto
guiada por los susurros del sol
y el olor de los encuentros.

Autodidacta en la vida,
los maestros son los días,
las lecciones los tropiezos.

Nada más hacía falta,
que ganas, tiempo
y zapatos buenos.

Era la hora, el momento
de aprender activamente,
de perseguir al viento.


miércoles, 22 de octubre de 2014

Génesis 1,1.

Yo era soledad y caos,
penumbras en un abismo
Entonces llegaste tú, susurrando:
<<Hágase la luz>>,
separándome de las tinieblas.
Vi que estaba bien.
Día primero.

Yo era todo lágrimas,
sin diferencias, solo agua.
<< Que las unas separen de las otras>>
Y así me enseñaste
que de risa, de emoción,
y de felicidad también se llora.
Día segundo.

Eras ya mi mañana y tarde.
Quitaste las aguas, apartaste
mis males, y viste
lo que hay debajo, lo seco.
Sacaste de mis semillas
toda la vida, y estaba bien.
Día tercero.

Una noche estando perdidos
te recuerdo diciendo:
<<Haya lumbreras en el firmamento>>
Y fuiste mi Sol, y yo tu Luna,
Yo marcaba tus días,
y tú alumbrabas mi Tierra.
Día cuarto.

A veces me llenabas
de aves revoloteando la mente.
Y otras yo sacaba
 tus monstruos marinos.
Éramos bestias salvajes,
y ya no estuvo tan bien
el día quinto.

Pero luego llegaba el día sexto,
Sometíamos los monstruos,
dominábamos las aves.
Éramos imagen y semejanza.
Nos dábamos amor
y luego descansábamos
el día séptimo...

... y eso sí que estaba bien.








lunes, 13 de octubre de 2014

Verso libre.

No me gusta el verso libre
porque refleja inperfección.

Algunos lo interpretan
como inconformidad,
para dejar ver
al mundo
lo rebeldes que son en verdad.

Para mí,
simple y llanamente,
el verso libre, sin rima, sin métrica fija,
sin normas,
sólo dejaría ver lo rota
que estoy por dentro

Cómo la angustia trepa
y se enreda en mis cabellos
como las lagrimas caen
de
una
en
una
por mi pecho.

Cómo detrás de esos versos octosílabos
tan de romance
y de esa perfecta y educada rima consonante
que salen por costumbre sin querer
sólo hay
en verdad
Un poema roto y solo
(un poema de mierda, por cierto)
en verso libre.

Tormentas de verano

Un rayo cortó el cielo y lo hizo rugir, mientras su brillo transformaba la noche en día por un instante.  Entre la tenue luz  naranja de la lámpara de pie, Martín, de apenas tres años de edad, intentaba explicarle a su prima mayor por qué sonaban los truenos. Los dos, sentados en sendas sillas frente a la ventana, charlaban sin apartar la vista de la tormenta. En cambio, su abuelo prefería fijar su antención en el partido de fútbol que parpadeaba en la televisión debido a la falta de señal. Desde la cocina llegaba el sonido amortiguado de las voces del resto de la familia, que discutía sobre los planes de las vacaciones de verano. Sonia, tumbada en uno de los sofás de la sala, disfrutaba la familiar estampa, mientras su mente estaba muy lejos de alli.

sábado, 4 de octubre de 2014

Los sueños, sueños son

Todo era oscuridad, tiniebla cálida y húmeda. De pronto un destello deslumbrante lo abarcó todo, y, tras él, nada era negro. Ahora todo era luz, con estrechas paredes de seto blanco, de ramas tan largas que se enredaban en los pies al caminar. Corría una brisa angustiosa, como si un áspero aliento acariciara las nucas, amenazante.  No había cielo ni tierra, solo luz. Los setos se cruzaban y se alargaban hasta el infinito formando un laberinto imposible. En medio de él estaba la chica, la misma de siempre. Tendida boca abajo en el suelo, su pelo avellana le cubría la espalda hasta llegar a la cintura. Comenzó a temblar levemente, y se incorporó como pudo. Sus ojos miel miraban en rededor asustados. Su extrema palidez, rompía la habitual hegemonía dorada  que conformaban cabello, ojos y piel.


Se colocó las faldas del fino vestido de gasa sin mangas que llevaba. Las rodillas le temblaban, y mientras intentaba detenerlas inútilmente con sus manos, levantó la cabeza. La giró hacia un horizonte inexistente como si hubiera escuchado el aullido silencioso de la muerte. Entonces echó a correr. Corría descalza, agarrándose el vestido. Corría casi sin aliento, desesperadamente. Elegía su camino al azar, sin pensar una ruta, sin importarle salir de allí, simplemente intentando alejarse de lo que tanto le aterraba. De pronto, sobre su cabeza, apareció un pájaro, y luego otro, y otro. Todos avanzaban en su dirección, huyendo. De repente le adelantó un ratón, luego un gamo. Otros animales, grandes y pequeños, conocidos e inexistentes, salían de las esquinas y del interior de los setos y se cruzaban en su camino.
A sus espaldas, por encima de las paredes del laberinto, comenzó a divisarse una neblina de tonos negros y morados, que se aproximaba desde la lejanía. Cuanto más se acercaba, más desesperación  inundaba a los pobres fugitivos. El caos reinaba entre todos.  Brazos de niebla se adentraban entre los diferentes caminos de la trampa, girando rápidamente las esquinas y saltando los altos muros vegetales.

La oscuridad atrapaba a cada ser que encontraba con sus dedos inmateriales y se lo tragaba. Era más rápida que la joven y, así, poco a poco fue estando más cerca de sus espalda, haciéndole cosquillas de terror en la columna, que se extendían en forma de escalofríos hasta el punto de su cuerpo más lejano al corazón. Los latidos de éste y la respiración de la joven retumbaban por todo lo existente. Ya no había nada, más que el estrecho pasillo que la encerraba y las oscuras ramas inmateriales que crecían para atraparla. Un gemido salió sin permiso de sus labios cuando vió que la tragedia se cernía sobre ella. Por fin, la niebla se cerró a su alrededor, haciéndola desaparecer entre vetas moradas y negras, mientras el más profundo chillo de terror cortaba el viento.




Este es un pequeño fragmento del proyecto de novela que he comenzado.  No es que sea toda de este estilo, esto es sólo un sueño del protagonista. La verdad estoy bastante contenta por cómo ha quedado, ¿que opináis?



viernes, 3 de octubre de 2014

Cristales rotos

Lloro, a gritos y en silencio,
ahogada por sollozos rotos,
rotos como el vaso que me corta
los pies, tiñéndolos de rojo.

Por mi cuello, rubíes de sangre
y sal, despacio se resbalan.
Mi propio charco me hace caer.
Siento que mi alma se desgarra.

Sola, desnuda y en silencio,
perdida entre brillos de cristales.
Me creía como ellos, rota,
y entonces llegó el héroe...

         
                    ...nadie
                                       
 Gracias a Rocío Lemoneli por escribir una entrada fantástica en su blog que pude convertir en este intento de poesía.
Podéis leedla aquí —-> http://lalibertedelemoneli.blogspot.com.es/

¡Hola, mundo!

Hoy, por fin, me atrevo a zambullirme en la tinta para pasar al otro lado de la literatura. Si es que hay otro lado, ya que, en mayor o menor medida, todos somos un poco escritores.
Para mí, la escritura es desahogo y (auto)descubrimiento. No pretendo ser autodidacta. No puedo enseñarme algo que no sé. Simplemente me gustaría, que mis profesores fueran los autores que un día, como yo, se decidieron a llevar a cabo un pequeño sueño.
Tengo algunos proyectos en mente y espero poder llevarlos a cabo poco a poco.
Pido paciencia a quien quiera leerme. Mi técnica literaria no es muy buena y mi estilo aún no sabe que existe.
Por último, me pido a mí misma saber guiarme hacia mi interior y plasmarlo en forma de palabras. De máxima me fijo, como siempre, constancia y trabajo (sin perder la personalidad y los ideales).
Gracias.