jueves, 22 de octubre de 2015

viernes, 16 de octubre de 2015

Year off, please.

Hoy traigo una reflexión personal.

Este verano fui a un festival de música y conocí a dos chicos fantásticos. Eran del otro extremo del mundo, literal. Echad cuentas. Con tan sólo diecinueve años llevaban casi uno entero combinando universidad y trabajo para poder ahorrar. Con lo que consiguieron, se están pegando el puto viaje de sus vidas: Inglaterra, Francia, Portugal, España, Marruecos, Alemania, Suiza, Italia...ocho meses de viaje improvisado que se les acaba en febrero.

Quién los pillara ¿eh?. (A los ocho meses, no a ellos...que también).

El caso, que esto me dio que pensar. Este verano, con mis dieciocho aún frescos, ha sido el primer verano que me he ido de vacaciones con mis amigos. Lo máximo que he hecho es irme a un festival de electrónica de nueve días de camping y pegarme una semana de fiesta y turismo en Galicia (de la que me enamoré). Os podéis imaginar como se me bajaron los humos de libertad cuando conocí a estos chavales: sólo un año mayores, recorriendo toda Europa (y Marruecos) LOS DOS SOLOS... y a mí que me duele el alma solo de pensar en trabajar a la vez que estudio. 

Evidentemente, nunca podría hacer un viaje así. La vida en su país es mucho más cara, y los salarios mucho más altos. Lo que ahorraron ellos en un año me costaría a mi cinco... y si consigo trabajo (según ellos, en su país encontrar trabajo es tan fácil como encontrar aparcamiento). Pero oye, ¿y un mochileo por el extranjero?¿un interrail?¿un Au Pair?

Desde que los conocí, dentro de mí ha ido creciendo un sentimiento de ahogo y monotonía que no aguanto. No puedo soportar la sensación de estar encerrada en una ciudad tan pequeña como la mía, en una casa con mis padres (a los que amo con locura, todo sea dicho) en el que el sentimiento de liberación de los dieciocho es, simplemente, inexistente. Me hundo cada vez que pienso que mi vida va a ser igual al menos durante cuatro años más: universidad, casa, fiestas mediocres, etc. En cierta parte, es un sentimiento de insatisfacción conmigo misma, como si no me sintiera realizada, como si estuviera desperdiciando años sin vivir.

Hoy sigo en contacto con ellos, y cada vez que me cuentan lo que han hecho y a donde han ido, tengo más claro que necesito un "year off" como dirían ellos (o un año sabático, como diríamos nosotros). Sin embargo, no quiero retrasarme ni un año con la carrera, así que me tocará organizar anestesias veraniegas para aguantar un año más.

Con todo, me llena de orgullo y satisfacción comunicaros que ya estoy trabajando para poner remedio a mi insatisfacción. Ya estoy organizando mi verano anestésico y, para sentirme más realizada como persona, me he unido a una ONG de sensibilización (sobre todo respecto a la educación mundial y la pobreza).

Espero que esto sea suficiente por el momento.

Seguiremos informando.