viernes, 2 de septiembre de 2016

He aguantado firme
las primeras balas que me has disparado
y que han dejado una muesca
como una pequeña telaraña
en la parte izquierda de mi pecho.
Pero ya está.
Una bala más
-sólo una-
y me resquebrajo.
Una bala más y estallo
en miles de millones de pedazos.

Y aquí estamos, mirándonos,
retándonos con las cejas levantadas.
Yo, deseando que no queden balas en tu recámara.
Tú, sabiendo que las tienes,
disparando,
sonriendo
sólo un instante
hasta darte cuenta
de que mis esquirlas se te clavan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por aportar tu granito de arena, es muy importante para mí.